La palabra creyón no aparece en el diccionario. Ni en el Pequeño Larousse Ilustrado, ni en el Diccionario Enciclopédico Universal, ni en el de la Real Academia. En ningún diccionario de mi casa aparece la palabra creyón. Según el diccionario, los creyones no existen. Tampoco existen los creyones de cera, claro, porque son creyones. El mundo del diccionario es un mundo triste, un mundo sin creyones. ¿Con qué se colorea, entonces, en el mundo del diccionario? ¿O no se colorea? En el mundo del diccionario todos los dibujos deben ser en blanco y negro. El mundo del diccionario es un mundo triste.

martes, 10 de abril de 2007

despedidas

El problema de despedirse más de una vez, como es costumbre en las reuniones familiares o de amigos, es que se van agotando los chaos y los adioses. El número de chaos y adioses de que uno dispone en la vida es limitado, y sin embargo no se le presta a este asunto el debido cuidado, ni se le guarda el debido respeto. Si a uno se le agotan las despedidas (que es como desde ahora nos referiremos a chaos y adioses en conjunto, para evitar la molestia de tener que nombrar a unos y a otros cada vez que queramos referirnos a ambos), sobreviene el problema de no poder ya irse de ningún lugar, a menos que todos los demás se vayan primero, pues es de muy mal gusto eso de partir sin previamente haberse despedido.
Este problema se agrava considerablemente en caso de que se encuentren dos o más personas que hayan agotado sus despedidas. Entonces será imposible que cualquiera de ellos se despida de los otros y por tanto no podrán nunca separarse. Esto no trae mayores dificultades cuando se trata de esposos, familiares cercanos o amigos de toda la vida, pero cuando ocurre entre enemigos declarados o completos desconocidos, pueden generarse situaciones verdaderamente complejas y traumáticas. Es por esto que algunos de quienes han agotado sus despedidas deciden alejarse de todo contacto humano mientras aún pueden hacerlo, antes de arriesgarse a quedar atados de por vida a compañías indeseables. Unos escogen la absoluta soledad, mientras otros prefieren rodearse de bonitos y amigables animales, que no tienen ninguna clase de prejuicios en cuanto a saludos y despedidas se refiere, y se alejan y acercan unos a otros cuando quieren, sin mediar palabra, y todos tan contentos.
Considerando lo anterior, sabrá usted disculpar, amigo lector, que ahora que voy llegando al final de estas líneas, no me despida, a pesar de todo el cariño que se ha venido generando entre nosotros. Simple administración de despedidas.

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